sábado, 28 de junio de 2008

Picasso en Buenos Aires


¿Qué se puede decir de Picasso que no se haya dicho ya? Casi nada.


Nada mejor que transcribir una síntesis de la presentación de la muestra en Buenos Aires junto a las fotos de alguna de las obras expuestas, como para conocer la procedencia de la colección:


“El museo Picasso-Colección Eugenio Arias alberga un conjunto de obras realizadas por Picasso en los últimos veinticinco años de su vida. La cualidad más atractiva del conjunto es su singular origen: la relación de amistad existente entre el artista y su amigo Eugenio Arias. Ambos se reconocían en su condición de exiliados en el sur de Francia, así como en su nostalgia por la cultura y la vida española.

Portada de libro dedicada a su amigo Arias.
La tauromaquia: un tema recurrente
A lo largo del cuarto de siglo que duró la amistad entre el artista y su barbero, Picasso fue regalando a Arias algunas de sus creaciones, que este atesoró con la intención de ponerlas algún día al servicio de la democracia española…
Con técnicas tan diversas como grabado, dibujo o cerámica, las obras de la colección de Eugenio Arias muestran las preocupaciones clave del último Picasso:
El torero muerto. 1957. Plato de cerámica pintada.
la vuelta al Mediterráneo, el reto de la historia, la pulsión erótica…
Apolo persiguiendo a Dafne. 1971. Placa de arcilla con estampación
pero también, y sobre todo, constituyen un verdadero registro de los intereses que ambos compartieron: los toros, la literatura española, la lucha antifranquista.
La selección…que ahora se presenta en Buenos Aires es una muestra muy representativa de aquel museo que, a medida que pasaba el tiempo, iba tomando forma en el salón de la barbería de Arias en Vallauris, y que desde hace unos años puede verse en Buitrago gracias a la generosidad de Arias”.

La muestra puede verse en Casa de la Cultura, de Martes a Domingos de 14 a 20 hs. del 27 de junio al 7 de julio de 2008.
Avenida de Mayo 575, Ciudad de Buenos Aires.
Gratis.
Auspiciada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Un mensaje a los profesores de artes plásticas y de primaria en general: es aconsejable enseñar Picasso a los niños. Está demostrado que en el fondo están complacidos, y si bien no lo demuestran exteriormente, lo plasman en sus tareas. Cualquier momento de la vida es gratificante para descubrir y redescubrir a Picasso, pero si es desde la niñez, es esperable una mejor formación.

Después de todo, son muchas las opiniones bien formadas y mejor intencionadas que proclaman que la educación es el pilar fundamental de toda sociedad.

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