domingo, 24 de agosto de 2008

Ciudad de los Niños de La Plata

Desde la ciudad de Buenos Aires, se llega por autopista en menos de una hora.
Hay quienes afirman desde hace tiempo que esta ciudad de los niños recuerda a Disney World, pero no porque se trate de una emulación, ya que existe un mito que dice que es al revés; que cuando Walt Disney estuvo en la Argentina, visito este lugar, e inspirado pudo crear lo que después sería el influyente imperio de la diversión occidental.
Si alguna vez se presenta, la mejor oportunidad de desmitificar esta hipótesis, sería preguntárselo al propio Walt Disney cuando lo “descongelen”, incluso también podría develarse el mito de si Bambi y su bosque fue inspirado en el “Bosque de Arrayanes” de Bariloche, lugar donde se supone que también estuvo el pionero de los dibujos animados.

Mas allá del mito, la ciudad de los niños fue concebida en el año 1951, durante la presidencia de Juan Domingo Perón, como un modelo cívico a pequeña escala y una forma de promover la educación pública, ya que la pequeña ciudad cuenta con palacio de gobierno, poder legislativo, la plaza con estatua ecuestre de San Martín, la iglesia, el palacio de justicia…es decir, idealizar las instituciones cívicas para que los niños puedan familiarizarse con ellas. Una idea progresista dentro de un contexto de la historia argentina que luego se comprobó como determinante después de 1955.
Para algunos, ingresar a la Ciudad de los Niños es como hacerlo en una especie de Túnel del Tiempo. Hay muy pocos adultos que no hayan ido en su infancia a este lugar al menos una vez. Mejor aún, el barco y el trencito dan la sensación de que son los mismos que los que andaban en los años 60’.
Además es notoria cierta falta de mantenimiento en algunos edificios, en especial en los techos, que están deslucidos.
Desde el punto de vista estético, resulta lamentable desaprovechar este espacio, ya que no solo brinda una oportunidad para que los niños adquieran la necesaria curiosidad por el civismo, sino que además la Ciudad de los Niños está concebida para que este aprendizaje sea divertido y didáctico. Incluso hace unos treinta años, existían colectivos en miniatura que circulaban por el centro cívico.
Lejos de la parafernalia hollywoodense, (muchas veces infortunadamente imitada) pero adecuadamente vernácula, aún así, los fines de semana se llena de gente y las escuelas realizan visitas en la semana.

También hay un interesante museo de muñecos (desaprovechado en cuanto a que posee mínimas referencias de las más de 2500 piezas), uno de monedas del país y algunos edificios cerrados, como el Cuartel Militar o la Aduana. La entrada es casi simbólica, (depende del municipio de La Plata) con automóvil y unas cinco personas, el valor no llega a $ 10,- (poco mas de U$D 3,-), y el paseo desde la Capital hasta Gonnet (donde en realidad se encuentra), es vistoso. El ingreso comienza a las 10:00 hs. y cierra a las 18:00 hs.
La entrada no incluye los juegos mecánicos (un viejo zamba, las tazas giratorias y hasta un tren fantasma) ni la granja, pero igualmente son económicos.
Hay bares de comida rápida, pero también se puede pasar el día (pic-nic mediante) en el amplio espacio verde de los alrededores, dentro del predio; o tan solo llegar a media tarde con galletitas, el mate y el termo listos para disfrutar.


sábado, 23 de agosto de 2008

Avenida de Mayo, hotel Chile y más...

Los estilos arquitectónicos de la avenida de Mayo son variados. Hay representantes de estilo clásico, art deco y art noveau. El hotel Chile, en el número 1297 esquina Santiago del Estero, pertenece a este último estilo. Su arquitecto fue el francés Jules Dubois, en una etapa (a principios del siglo XX) en que la ciudad buscaba una identidad monumental en desmedro de la arquitectura colonial, convocando a los principales exponentes de la arquitectura mundial.
El hotel tiene su página donde puede espiarse algo de su interior:
http://www.hoteles.com.ar/ModuloBasicoHotel.action?idAnuncianteModuloSucursal=79086

Vista desde la avenida de Mayo y Perú hacia la Casa Rosada (Casa de Gobierno). En el medio, la pirámide de Mayo, testigo imperturbable del escenario histórico donde se manifestaron y lo hacen aún todas las corrientes políticas y sociales del país.
Uno de los edificios característicos de la avenida, entre Chacabuco y Piedras.

lunes, 18 de agosto de 2008

San Martín

El prócer máximo es infaltable como estatua ecuestre en las principales plazas de toda población argentina, inagotable también en los billetes y las calles importantes. El 17 de agosto se cumple un nuevo aniversario de su muerte.
Bartolomé Mitre, a quien se le atribuye ser uno de los diseñadores del necesario mito de fundación de la patria, relata con conmovedora prosa en su libro “Historia de San Martín” (algo así como la Historia Oficial que se narra en las escuelas desde hace más de 100 años) un tramo fundamental de la Batalla de San Lorenzo, que es el comienzo de la marcha independentista orientada por San Martín para la Argentina, Chile y el Perú en el siglo XIX:

“…Las cabezas de las columnas españolas, desorganizadas en la primera carga, que fue casi simultánea, se replegaron sobre las mitades de retaguardia y rompieron un nutrido fuego contra los agresores, recibiendo a varios de ellos en la punta de sus bayonetas. San Martín, al frente de su escuadrón, se encontró con la columna que mandaba en persona el comandante Zabala, jefe de toda la fuerza de desembarco. Al llegar a la línea recibió a quema ropa una descarga de fusilería y un cañonazo a metralla, que matando su caballo le derribó en tierra, tomándole una pierna en la caída. Trabose a su alrededor un combate parcial al arma blanca, recibiendo él una ligera herida de sable en el rostro. Un soldado español se disponía ya a atravesarlo con la bayoneta cuando uno de sus granaderos, llamado Baigorria (puntano), lo traspasó con su lanza. Imposibilitado de levantarse de suelo y de hacer uso de sus armas, San Martín habría sucumbido en aquel trance, si otro de sus soldados, no hubiese venido en su auxilio echando resueltamente pie a tierra y arrojándose sable en mano en medio de la refriega. Con fuerza hercúlea y con serenidad, desembaraza a su jefe del caballo muerto que lo oprimía, en circunstancia que los enemigos reanimados por Zabala a los gritos de “¡Viva el Rey!” se disponía a reaccionar y recibe en aquel acto dos heridas mortales gritando con entereza: “¡Muero contento! ¡Hemos batido al enemigo!” Llamábase Juan Bautista Cabral este héroe de última fila: era natural de Corrientes, y murió dos horas después repitiendo las mismas palabras…”

Esta escena heroica representada en tan breve párrafo de un largo libro, menciona por única vez al memorable sargento Cabral, quien ofrenda su vida por el General San Martín y cuyo gesto está retribuido en la Marcha de San Lorenzo
[1], que todo escolar aprende en los primeros años de enseñanza escolar.

Como corresponde a los pueblos maduros, la historia revisa sus acciones y haya sido real o no la acción de este soldado, así como otros hechos del General San Martín, lo que adquiere significación es el valor moral del heroísmo sobre el cual se cimienta una Patria. Incluso el Granadero Baigorria está mencionado en este párrafo, a pesar que poco se lo recuerda. Además, vale destacar que ese mismo revisionismo, a pesar de discutir de quien fue hijo San Martín, no niega una personalidad de una grandeza que aún no ha sido alcanzada por ningún personaje histórico y mucho menos contemporáneo.

La foto tan reproducida en los billetes argentinos de San Martín en su vejez pertenece a al daguerrotipo “Retrato del General San Martín”, París, 1848.

[1] "…Cabral, soldado heroico, cubriéndose de gloria, cual precio a la victoria, su vida rinde, haciéndose inmortal; y allí, salvó su arrojo la libertad naciente de medio continente, ¡Honor, honor al gran Cabral! …" (Letra: Carlos J. Benielli - Música: Cayetano A. Silva). Estrenada el 30 de Octubre de 1902 en la inauguración del Monumento al General San Martín, en Santa Fe.

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martes, 12 de agosto de 2008

Wild Life, rezagos militares

Además de este traje de aviador (tan completo que ni siquiera falta el casco y la manguera de oxígeno), en Wild Life pueden encontrarse desde artículos de camping comunes hasta ropa deportiva y de montañismo; y curiosamente, artículos militares como cascos de todas las guerras, armas en desuso (incluso sables y bayonetas), uniformes, redes de camuflaje, anticuados equipos de comunicación que se remontan a la Segunda Guerra Mundial y hasta un cohete. Por supuesto que todo se vende, pero también es interesante para observar como si fuese un pequeño museo de rezagos militares.
Sobre la calle Hipólito Irigoyen 1133, llegando a la 9 de Julio.


domingo, 10 de agosto de 2008

Curiosidad

Lo curioso de esta imagen es que sobre la terraza de este edificio ahora convertido en hotel se encuentra emplazada una vivienda de techo a dos aguas, estilo chalet, como si estuviera sobre tierra firme; desentonando visiblemente con el estilo clásico del edificio que lo soporta.
¿Vivirá alguien allí?
Está sobre la avenida Cerrito, uno de los flancos de la avenida 9 de Julio, frente al Obelisco.


jueves, 7 de agosto de 2008

Monumento a los Dos Congresos

Es uno de los principales monumentos de la ciudad de Buenos Aires.
Una adecuada descripción es la que se encuentra en el cuadernillo editado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que se titula “Monumentos y Obras de Arte en el espacio público de la Ciudad de Buenos Aires” y que se puede conseguir en el salón de ventas de la Casa de la Cultura (Ex edificio La Prensa que también vale la pena visitar y es en sí mismo un Monumento Histórico), en Av.de Mayo 575:

“Monumento ejecutado en piedra de Nancy y figuras de bronce. Está orientado hacia el poniente y lo rodea una amplia escalinata de tramos extendidos, la que da acceso a una plataforma en medio de la cual se erige el monumento coronado por una estatua que representa la “Republica” en actitud de avance con un ramo de laurel en una mano y apoyando la otra en la guía de un arado; a sus pies yacen las serpientes de los males y otra figura que representa el “Trabajo”, que vierte como ofrenda el cuerno de la abundancia.

A ambos lados del plinto, se erigen las figuras complementarias del monumento que representan la Asamblea de 1813 y el Congreso de 1816. La plataforma se encuentra rodeada por una balaustrada artística, decorada con grandes cóndores de bronce y rondas equidistantes de niños que representan “La Paz”.

La fuente, que es la segunda parte de la obra, se extiende hacia el Este, conformando una superficie aproximada de 100 m2 que simboliza el “Río de la Plata” y sus grandes afluentes tributarios, el Paraná y el Uruguay, representados por dos esculturas de bronce que interpretan tipos de nuestras razas aborígenes;
el perímetro del estanque se encuentra decorado con animales de nuestra fauna. En la parte anterior de la fuente, adosado a la plataforma surge la figura adolescente de un genio que guía hacia el levante a una cuadriga de vigorosos corceles, también ejecutados en bronce. El monumento rinde homenaje a la Asamblea de 1813 y al Congreso de 1816.”
[1]

La Asamblea del año 13 tal vez sea la menos conocida con respecto al Congreso de Tucumán, pero fue no menos importante debido a que sentó las bases del futuro constitucional de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
El homenaje del monumento es a estos dos congresos mencionados y no a las dos diferentes cámaras (diputados y senadores) que conforman el Congreso Nacional como podría creerse.

Vale notar que si bien están representados animales autóctonos y de innegable fortaleza simbólica como el cóndor y los caballos, cuando el comentario precedente habla de “el perímetro del estanque se encuentra decorado con animales de nuestra fauna”, estos no son tales, ya que puede percibirse que son animales fabulosos estilo un ejemplar de la familia de los dinosaurios, y mas arriba un dragón alado.

El monumento está emplazado en la Plaza Congreso y se inauguró el 9 de julio de 1914, obedeciendo a la tendencia del emergente Estado Nacional de afianzar su influencia con una gran riqueza simbólica reflejada en grandes monumentos de la escuela del clasicismo naturalista-realista y preferencia laica. Los autores fueron los belgas Jules Lagae y Eugenio D´Huicque. Actualmente está rodeado de rejas y las aguas danzantes funcionan durante el día.


[1] “Monumentos y Obras de Arte en el espacio público de la Ciudad de Buenos Aires”. Colección Cuadernos Educativos. Autores: Carlos maría Toto, Leticia Maronese y Carlos A.Estévez. Buenos Aires, 2007.


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