domingo, 30 de marzo de 2008

miércoles, 12 de marzo de 2008

Ringo Bonavena

Campeón sin corona, mas guapo que técnico…son características por las cuales se conoce a este boxeador que murió asesinado en Reno, Nevada, en el año 1976, implicado en un presunto caso de mafia y adulterio; una noticia que en su momento conmocionó por lo inverosímil y la poca información que existía por esos años, comparando con la actualidad por supuesto.
En Parque Patricios, frente a la sede del club Huracán (una tribuna lleva su nombre en el estadio), se levanto una estatua que desde el 2004 le rinde homenaje; en su barrio y en el de Boedo, en los cuales también hacia de las suyas, junto a algunos de sus ocho hermanos, según cuentan testigos de la época que ahora peinan canas. El término “atorrante” le es apropiado para sus andanzas y peleas callejeras de juventud. ¿Cuál habrá sido la atracción de Ringo, si nunca salió campeón?
Fue un precursor de lo que actualmente se denomina “personaje mediático” generador de escándalos y bastante fanfarrón. Un personaje que había aguantado a Muhamad Alí (ex Cassius Clay) hasta el ante último round e incluso lo había derrumbado a la lona en el legendario
Madison Square Garden.
Dicen que al forjarse en los Estados Unidos, caía bien tener un campeón “blanco”, ya que todos eran “negros”, lo que llevo a que algunos managers del box se encariñen con él como para fomentar un nuevo campeón.
Tal vez su personalidad extrovertida y a veces desfachatada lo llevo a su trágico final.
Lo que se sabe del Ringo:
http://www.easybuenosairescity.com/biografias/bonavena.htm
http://www.elortiba.org/ringo.html
http://www.soy-quemero.com.ar/fama/bonavena.htm
http://www.clarin.com/diario/2003/10/11/d-07201.htm

Todo está en la Red, incluso su pelea con Alí/Clay:
http://www.youtube.com/watch?v=yiZjARjD180


domingo, 9 de marzo de 2008

Donde comer un buen bife de chorizo

La Taberna de Roberto contiene todos los ingredientes de una fonda o bodegón de barrio. No solo en la calidad de la carne y las pastas caseras, también en el entorno compuesto por los variados parroquianos, los vecinos del barrio (puede observarse su rutina si se consigue una mesa al lado de la ventana o en la vereda) y los educados vendedores ambulantes que dejan casi de manera imperceptible sus mercancías sobre las mesas.

Por ejemplo, almorzando un domingo, no es inverosímil observar que llega un camión de mudanzas, y tres operarios bajan una heladera que llevan entre las mesas repletas a la cocina del restaurante. La gente, en lugar de ofenderse, hace lugar a los changarines.
Una mujer que mendiga alguna moneda para comer, puede satisfacer su hambre por algún comensal que le prepara un sándwich de carne, ya que sabe y su sensatez se lo indica, que las porciones, de tan abundantes, van a sobrar.
Gente que aún toma un sifón de soda solamente, gente grande, parejas y familias componen el lugar. Es decir, gente de barrio que no necesita ocultar su auntenticidad.
Con tres sucursales, la original en el barrio de Boedo y otra en Parque Patricios, hay que llegar temprano a todas para conseguir un lugar. (En el futuro de este blog habrá capitulos aparte para estos dos barrios notables en cuanto a historia de la ciudad, asociados principalmente al tango y el fútbol).
Mozos experimentados y memoriosos, en contraste con algunos olvidadizos que existen en algunos restaurantes de comida de autor que tanto proliferan por Palermo o Las Cañitas. Precios sensatos en relación al menú ofrecido, no hace falta pedir lujo, confort o más de un camarero atendiendo la misma mesa cuando el gran protagonista es la comida, y en especial la carne. En la Argentina, el país donde un sector nutrido de la población (de todos los estratos sociales) consume gran cantidad de carne vacuna (las estadísticas proclaman mas de 62 kilogramos anuales por habitante, según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, Cuadernillo Técnico Nro.4, 2007), hay una formula sencilla y que garantiza cierto éxito; buena parrilla y buena carne, a pesar de que el lugar no sea suntuoso. En estos comedores pueden darse cita desde la gente mas acomodada a la más sencilla. El objetivo: comer bien a un precio razonable.
Los comentarios dejados por los comensales de la completa Guía Óleo
http://www.guiaoleo.com.ar/ de Buenos Aires para la Taberna de Roberto pueden ser desiguales en algunos aspectos, pero la mayoría coinciden en resaltar la calidad de la carne.
El bife de chorizo es como los que se servían hace años; tiernos, sustanciosos y hasta con una punta con grasa que les da un carácter especial. Después de la crisis del 2002 y aprovechando el auge de la comida gourmet o de autor, que en general minimiza las raciones, los suculentos bifes de chorizo comenzaron a languidecer. Incluso muchos bodegones tradicionales en la última década ya no fueron los mismos en cuanto a brindar una relación precio/calidad/cantidad acorde; más bien el balance fue desfavorable para el cliente en provecho de la supervivencia o la reducción de costos de los restaurantes.
La carne de entraña es otro trozo vacuno noble, que bien cocido y acompañado de un sencillo puré de papas resulta un plato sabroso. El fino cuero en ambos lados del corte le otorga un gusto diferente.
A muchos les puede gustar la carne bien cocida, en especial en estos momentos en que surgen los temores a los virus y bacterias producidos por falta de cocción, pero puede resultar un poco seca si la carne no es lo suficientemente tierna. Pero lo cierto es que comer algún trozo de estos cortes “bien jugoso” para luego mojar el pan en el jugo repasando el plato, es un placer muy recomendable que se les observa hacer a varios comensales.


Para ser un bodegón al cien por ciento solo le faltaría dos cosas esenciales: que el vino “de la casa” se sirva en los ya desaparecidos “pinguinos” y que el mozo (camarero) use un lápiz en la oreja, aunque nunca lo utilice ya que su memoria prodigiosa no podría fallar jamás.
Lo cierto es que se trata de lugares que de “oficio” no deberían desaparecer de la ciudad, ya que pertenecen a su olvidada esencia; modificada en muchos casos por salones con luces dicroicas, cartelera ostentosa, servilletas y manteles de papel y platos mínimos, que incluso condicionan a que algún comensal dude en reclamar que la ración es mínima.

Ubicación de las Tabernas de Roberto:

Castro Barros esquina Inclan, Boedo. Loria 2110, en el mismo barrio. Y a pocas cuadras, Caseros y Diogenes Taborda, la sucursal del barrio Parque de los Patricios.

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miércoles, 5 de marzo de 2008

Un instante es una foto

No es que los extremos se unan, sino que coexisten. Ciertos aspectos de la realidad demuestran que la misma no está polarizada, no es ni blanca ni negra; más bien es como las personas, repleta de infinitas combinaciones de matices.
Un indigente en una de las zonas mas prosperas de Buenos Aires, Puerto Madero; y a su lado, de acuerdo a las leyes de la causalidad, una leyenda que le cabe y ennoblece a cualquier tipo de ser humano.

Foto tomada por Jeandré©

Las bolitas

En Argentina se llama de esta manera a lo que en otros países latinoamericanos se les denomina “canica”. Son de vidrio y diversos colores. Hasta no hace mucho, antes del advenimiento de la televisión por cable, los videojuegos y otros entretenimientos electrónicos, era un juego tradicional para la niñez. Ya para la década del 70, comienza a extinguirse, e incluso los niños de las décadas del 90 en adelante tal vez no hayan visto alguna jamás.
Para explicar la desaparición de las bolitas en nuestro país, habría que dirigirse a la mejor referencia escrita hasta el momento aparecida en el libro “Crónicas del Ángel Gris” de Alejandro Dolina. Se trata de la monografía inédita de Manuel Mandeb “Faltan bolitas” de 315 páginas.
Aquí una breve transcripción del capítulo 11 del libro de Dolina que a su vez encierra la cuestión planteada por Mandeb:
Resulta difícil hablar sobre la desaparición del juego de la bolita sin entrar en espinosas controversias.
Desde luego se trata de un asunto complejo y puede ser examinado según criterios muy diferentes.
Las personas sencillas afirman simplemente que se trata de una decisión de los chicos, arbitraria, inexplicable y -por lo tanto- indigna de ser discutida.
Los psicólogos, antropólogos, electrotécnicos y aun los contadores suelen llamar la atención sobre la influencia de otros entretenimientos de emoción mas sostenida, como la televisión, el billar japonés, el cerebro mágico o las palabras cruzadas.
Los Refutadores de Leyendas niegan que haya existido jamás un juego semejante y se oponen con argumentos inexpugnables al mito de la vieja niñez romántica.
Por el contrario, los Hombres Sensibles aseguran que la desaparición del juego de las bolitas es el resultado de una conjura universal.
Este punto de vista es muy interesante y vale la pena elucidarlo.
En su monografía Faltan Bolitas, el pensador de Flores, Manuel Mandeb, plantea un interrogante que nos deja perplejos. Veamos.
"...Este juego parece haber empezado a languidecer en 1960. Pero puede afirmarse que en ese momento ya hacia por lo menos cincuenta años que se jugaba. Entonces había veinte millones de habitantes en el país, y no era demasiado audaz afirmar que, en el medio siglo de su auge, el juego de la bolita había sido practicado por diez millones de individuos en uno y otro momento de sus vidas. Ahora bien: cuantas bolitas poseía cada niño aficionado, como promedio? Digamos cincuenta. Multipliquemos: cincuenta por diez millones. Son quinientos millones de bolitas. Bien, volvamos al presente: alguno de ustedes ha visto una bolita en el ultimo año? Seguramente no. Yo pregunto: donde están los quinientos millones de bolitas? Quien las tiene?
“Y no me digan que el tiempo las destruyo porque el viento y la lluvia no son suficientes para destrozar una bolita...
“...Las canchas han sido arrasadas y hasta pavimentadas, los hoyos fueron rellenados, los jugadores se han visto tentados por otras disciplinas. Alguien esta borrando todo vestigio del paso de las bolitas por esta tierra..."

Para conseguir alguna de estas bolitas y reflotar antiguos juegos, hay que acercarse a la feria de antigüedades de la estación “Barrancas” del turístico Tren de la Costa de San Isidro. En estos canastos debe haber unas 500. Es decir, que según el cálculo de Manuel Mandeb, en este lugar se encuentra el 0.0001% de las bolitas misteriosamente desaparecidas. Alguien las recupero, será cuestión que el misterioso vendedor del puesto lo explique. Aunque ante la pregunta, alego que el dueño no estaba en ese momento y él, por supuesto, no sabía nada.

Bibliografía: “Crónicas del Ángel Gris”, Dolina Alejandro, Colihue, Buenos Aires.
Aclaración: la monografía de Manuel Mandeb tal vez sea apócrifa, aunque el mismo Dolina no lo aclare en su libro.
Quien desee leer el cuento entero, circula en la Red y allí se explica las variantes para el jugar a las bolitas:
http://www2.informatik.uni-muenchen.de/dolina/msg00011.html
A Dolina no le molesta esta circulación.

sábado, 1 de marzo de 2008

Calle Perú, San Telmo

Paralela a la famosa calle Defensa, y distante a dos calles, la calle Perú es la continuación de la peatonal Florida, o viceversa. En la parte que le toca en el barrio de San Telmo, pueden hallarse sitios, bares, restaurantes o edificios por demás interesantes.


Fachada.

Gibraltar es un pub con estilo very british. En el fondo hay un pool y mas atrás un jardín donde se puede fumar. La barra está bien surtida de bebidas del mundo. Y tienen una cerveza “ale” genérica muy sabrosa, similar a la Guinness. Música agradable que no se sobrepone a la charla y mucha presencia extranjera. Ideal para Happy Hour.

Escuela pública en desuso, Perú e Independencia. Al parecer en refacciones. Estilo ecléctico y más aun con los graffiti.


Muchos de los edificios son de estilo petit hotel, bien mantenidos, que le dan su propio carácter a la calle. Se trata de edificaciones de principio del siglo XX cuando la ciudad se consolidaba como una de las más elegantes, al menos de Sudamérica.


Los hostels son una alternativa que proliferó a partir del año 2002, después de la trágica salida del plan de convertibilidad que no viene al caso explicar aquí. En Buenos Aires casi no se conocían hasta esa fecha, ya que la ciudad pasó a ser de las más caras del mundo a una de las más baratas, devaluación del peso argentino mediante; por lo cual enorme cantidad de extranjeros fueron llegando gradualmente.
Este hostel aprovecha la decoración del fileteado porteño, una técnica que estaba agonizando y ahora también cobró un oportuno auge.
Lamentablemente, y a diferencia de otras ciudades, hay ciertas ordenanzas que no permiten que los transportes públicos sean decorados de esta manera. Una lástima, ya que a veces, la imaginación y una buena técnica permiten que la ciudad se vea colorida por el fileteado.


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