lunes, 18 de junio de 2007

BELGRANO


La teoría acerca de si determinada persona es trasladada a la actualidad nunca puede resultar valida. Primero porque es imposible de verificar científicamente, segundo porque los valores y las coyunturas que motivan ciertas acciones de las personas han cambiado...
En esta pared de una escuela primaria (aunque le falten letras y mantenimiento) del barrio de Balvanera puede leerse: “Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores y la América del Sur será el templo de la independencia y de la libertad” MANUEL BELGRANO.

Esa frase, aunque pueda estar barnizada con el polvo del tiempo y aún no está cumplida, denota la preocupación por un concepto de desarrollo global. Y eso es libertad intelectual indiscutible.
No es que Belgrano haya sido una “buena persona” o políticamente pura (perfil del prócer argentino típico), es que las motivaciones de la época generaban posiciones diferentes a las actuales, entonces la frase puede parecer ahora devorada por la realidad.


Es sabido que el principio del siglo XIX fue transitado entre las ideas libertarias del Iluminismo francés y la transición del traspaso de las colonias europeas a las poblaciones criollas que venían pidiendo su espacio político-económico y social en toda América. Belgrano adhería a estas posturas renovadoras con sesgo revolucionario (aunque está palabra implica cambio no significa que este deba ser bueno).
Es innegable que Belgrano cumplió en la acción lo que manifestaba en las palabras. Y una cuota de la peor acción de esa época era la guerra, el enfrentamiento a una potencia con recursos escasos. Una verdadera gesta. Finalizó sus días de manera diferente a muchos de sus contemporáneos que actualmente figuran en los mapas de calles de todo el país, endeudado en lugar de enriquecerse con las oportunidades de su época, reflejando una actitud desinteresada coherente con sus ideales.
Los restos de Belgrano descansan en la esquina de la avenida Belgrano y Defensa, en el atrio de la iglesia de Santo Domingo, cerca de donde nació.




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2 comentarios:

Alejandro Schneider dijo...

Bien Damian

Anónimo dijo...

Yo, que busco mi identidad, veo en Belgrano un modelo a seguir. Italiano, argentino y americano. Sea tu memoria, el faro de los hombres libres, que guia el rumbo de nuestro destino. Destino, por cierto descubierto a cada paso, que solo d-os sabe. Tengo fe en su voluntad, que si me empuja a una terrible muerte, no temere. Porque, si el asi lo quiere, confiare a el mi sangre y mi alma.