martes, 13 de marzo de 2007

No todo lo que se copia es “trucho*”

*trucho: argentinismo para designar un plagio, una copia de alguna marca conocida en cualquier artículo, un negocio ilegal, una falsificación. Este concepto tiene tanto arraigo en la sociedad, que muchos artículos o servicios truchos se consumen y aceptan como algo natural.

Argentina es uno de los tantos países emergentes donde regularmente se plagia la ropa, las marcas, la música, todo lo que se pueda vender; incluso el arte. Esculturas de grandes civilizaciones que formaron la humanidad se copian en Argentina y tienen una sede oficial; el Museo de Calcos Ernesto de la Cárcova permite admirar copias exactas de esculturas reconocidas. Para quien gusta de esta técnica y no tenga oportunidad de visitar los museos de Europa, puede acercarse desde Puerto Madero, por la calle Elvira Rawson de Dellepianne (ex Brasil), hasta la costanera, a metros del grupo escultórico Las Nereidas (ver articulo de febrero 2007 en este sitio).


David (1501-04): el original es en mármol, de 410 cm. Para observarlo hay que viajar hasta Florencia, Italia, a la Galleria Dell’Accademia. Por suerte para quién no puede ir a hasta esa ciudad y desea admirarlo en su medida y en el material, La Cárcova es la mejor opción.

Lamentablemente, por un problema en el techo, no se puede observar en esta foto la mano izquierda que sostiene la honda de David, aunque Miguel Ángel no realzó este detalle mas bien histórico, ya que la escultura representa la cima de humanismo y civilización alcanzadas por el hombre en el Renacimiento.


Arqueros y guerreros: proceden de la Grecia que rendía culto a los héroes y los hombres, en el siglo V a.c. Estas copias permiten admirar como los griegos exaltaban la figura humana.


La Piedad (1497-99): según algunos analistas, no se sabe si la virgen sostiene o abraza el cuerpo ya muerto de Cristo.

Depende la perspectiva, la escultura puede originar varias interpretaciones. El original de Miguel Ángel se encuentra en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, con una altura de 174 cm, base de 195 cm. Y realizada en mármol.

Moisés (1515): en Roma, en San Pietro in Vincoli se puede admirar esta estatua de mármol que hizo Miguel Ängel para el inconcluso mausoleo del Papa Julio II. Comparando fotos del original con la copia de La Cárcova, hay que considerar que los porteños somos afortunados en algunas cuestiones artísticas.

Cabeza de Coyolxauhqui: Fue hallada en la capital azteca Tenochtitlán, en el siglo XIX. A pesar de ser una cabeza monumental, fue hallada tardíamente, por lo cual la misma permanece en el lugar donde fue creada, México. De lo contrario, tal vez estaría destruida o perdida en algún país europeo.


Estelas mayas: incluso se pueden apreciar representaciones de estelas mayas. Lo poco que los españoles no descubrieron para destruir (de esta civilización cuyo período de apogeo ya estaba extinto a la llegada de los conquistadores), revela diversos aspectos de la sociedad, pero no permite determinar las causas que llevaron a la desarticulación de una sociedad tan avanzada. Estos monumentos 13 y 14 son del período Postclásico y proceden de Santa Lucía de Cotzumalhuapa, Guatemala.


Dama de Elche: hallada hace cien años en la península ibérica, su estilo ecléctico parece sintetizar las interrelaciones del mundo globalizado del siglo V a.c. (griegos, íberos, fenicios). El extraño tocado, entre otras cosas, hace especular a algunos con el misterio de la Atlántida y la civilización de Tartessos.


Venus de Milo: Afrodita en una de sus más famosas representaciones. Sin duda que el análisis del arte, como toda manifestación humana (y de las más sublimes) no puede dejar de relacionarse son la sociedad que lo crea. Es de notar que el sentido que los griegos le daban al arte, fue poco igualado en belleza y libertad. La desnudez de los cuerpos humanos, desde la antigua Grecia, solo se observó en el Renacimiento (y este período fue el resurgir del Clasicismo con Miguel Ángel a la cabeza) y casi no volvió a mostrarse hasta el siglo XX. Al menos en occidente, después de ellos, los romanos comenzaron a expandirse (el nexo de la influencia griega hasta nuestros días), e inmediatamente después, la cristiandad. A partir de este momento de la humanidad, no hay representación del cuerpo humano que no sea con vestidura (incluso más que rígida en el apogeo medieval de la cristiandad).


Victoria Alada de Samotracia: involuntaria huésped del Museo del Louvre de París, fue hallada en la isla de Samotracia, Grecia. Su antigüedad data del 200 a.c., está hecho en mármol y tiene una altura de 2,45 mts.


Palas Atenea: tal vez, de las esculturas más representadas del antiguo mundo griego. Diosa guerrera, invicta de todas las batallas. Su virginidad era atribuible a la invencibilidad de la ciudad de Atenas. Participante de la Guerra de Troya. Sin duda, la adoración de diosas mujeres era la norma anterior al dominio masculino en la mitología griega, ya que puede rastrearse cierta evidencia en el arte antiguo. Luego de la irrupción de Zeus como soberano del panteón olímpico, Atenea siguió ejerciendo bajo diferentes nombres y formas, asumiendo el papel de hija del dios.



Al finalizar el recorrido, se puede disfrutar del bar-restaurant. El ambiente, debajo de añejos árboles, es tranquilizante.


Para apreciar el lecho de la fuente del patio del Museo, es necesario que la misma esté seca o que el agua sea transparente.


Sin el objetivo de ensayar ninguna conclusión, sí se puede establecer que la escultura como manifestación artística, es un comportamiento recurrente en los hombres (desde su aparición en el Peleolítico Superior) en cualquier lugar del mundo.



Como podría decir cualquier publicidad común acerca de cualquier shopping mall: “todas estas maravillas en un mismo lugar”.



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