En las barrancas de San Isidro aún pueden verse históricas casonas o mansiones de estilo europeo con privilegiada vista al río.
Algunos tuvieron la fortuna de acceder en el momento oportuno a esos terrenos, cuando el país era próspero y se lo consideraba como uno de los diez primeros del mundo, desde la década de 1880 hasta principios del siglo XX. Un caso puede ser el de la familia Ocampo (ver nota “Paseo por Villa Ocampo” del mes de Mayo en www.palimpsestovirtual.blogspot.com)
Otros tal vez hayan accedido en otro momento, bajo otras circunstancias. No es descabellado decir que a estos invaluables terrenos, en este país, tienen acceso quienes mejor aprovechan (de la forma que sea) los vaivenes de la economía local.
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