El mercado comunitario es una materialización más de conductas universales del ser humano. Son rasgos comunes evidenciados tanto en Europa como en la América prehispánica. Y su continuidad es reconocible hasta la actualidad, con diferentes versiones, pero manteniendo su esencia, el intercambio de bienes. Por lo tanto poseen una importancia superlativa en la vida cotidiana de las personas. Por supuesto que no solo se compran los víveres, también son corredores por donde circulan las noticias, el conocimiento y las ideas; así lo fue desde el mercado medieval europeo hasta el azteca. La arqueología y los documentos dejados por los conquistadores españoles rescatan que en las plazas de mercado aztecas se concentraba en puestos de venta, objetos de distintas y distantes regiones del imperio, desde la alfarería hasta la codiciada obsidiana verde. Incluso existían caravanas de mercaderes oficiales que se encargaban del intercambio en todo el territorio.
El mercado San Cristóbal es uno de los tantos que sobreviven en la ciudad de Buenos Aires. De grandes dimensiones, techos parabólicos y puestos concebidos simétricamente para cumplir con su función, es un antecesor más de los actuales supermercados, y si bien fue languideciendo en los años 70, aún persiste. Algunos memoriosos comentan que en esos años la gente se agolpaba en las puertas antes del horario de apertura y una vez abierto se abalanzaban sobre los puestos. 
No llaman la atención las canaletas en la loza, acondicionadas para hacer fluir el agua de los puestos, principalmente los que fueron carnicerías o pescaderías (aunque aún las hay pero en menor cantidad según algunos viejos testigos), y actualmente pueden estar ocupados por ferias americanas. Si a alguien se le ocurre cambiar el destino de esta construcción para otra cosa que no sea el mercado, tendría que realizar una nueva loza para cubrir las canaletas.
La particularidad arquitectónica del mercado San Cristóbal reside en que no tiene columnas, ya que el techo abovedado se apuntala sobre vigas de cemento de forma triangular que no tocan la loza, sino que se apoyan sobre los balcones del primer piso, y según algunos testimonios debe poseer cierta importancia en la disciplina ya que estudiantes de arquitectura lo vienen a estudiar y dibujar.
Sin ánimo de desacreditar, la página web del mercado San Cristóbal puede resultar un poco bizarra: http://www.mercadosancristobal.com.ar/left.htm
No solo por este texto:
“A este teléfono pueden hacerse también llamadas desde el exterior y son recibidas alternativamente por personas de locales próximos quienes posteriormente se encargan de buscar al destinatario de la llamada.”
Sobre el cual algunos testigos dicen que las búsquedas se hacen a viva voz, es decir, a los gritos por todo el mercado, también por algunas fotos de señoras con changuito y bolsas de mandados, vendedores, matafuegos, los baños y hasta guardias de seguridad que testimonian que el mercado tiene vida.
Fotos del sitio www.mercadosancristobal.com.ar
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