La muestra de 183 grabados puede apreciarse en el Pabellón de las Artes de la UCA (Universidad Católica Argentina) en Puerto Madero (Alicia Moreau de Justo al 1300) con ingreso gratuito. El 4 de noviembre finaliza.
En Chiton, una mujer parece confesar algo a una vieja, según Goya, es esta una alcahueta, una “madame”. Dalí le agrega un caballo que le muerde el oído a la vieja hasta derramar una gota de sangre, la obra se transforma en “hasta ensordecer”
En la escena del Aquelarre de “si amanece nos vamos”, Dalí juega con la consigna: “si no amanece, nos quedamos”.
Vale la trascripción de algunos comentarios originales acerca de los Caprichos que permanecen guardados en el Museo del Prado:
"Brujas primerizas que, ante el Macho Cabrío, han dejado sus ruecas, el cántaro de las pócimas, la calavera y los gatos para iniciarse en el vuelo hacia el Akelarre. Goya conoció, por Moratín, los detalles inverosímiles y absurdos atribuidos a las brujas de Zurragamurdi, condenadas por la Inquisición en 1610."
Dalí respeta el anticlericalismo de Goya, presentando al Macho Cabrío representante de Satanás con un tocado papal.
Comentario: en la actualidad las brujas siguen existiendo, basta hojear los diarios en los clasificados, solo que ya no sacrifican niños, tal como Goya las exhibe en los grabados, mas bien atraen el amor y la fortuna (deseos esenciales de la humanidad, aunque el materialismo de la época relegó un poco a la salud en las preferencias). Con respecto al Aquelarre, si bien la palabra suena anacrónica, puede servir como nominación para un futuro sindicato de brujos y brujas, en especial aquí en Argentina, donde casi todas las actividades laborales están agrupadas en gremios sindicales.
La Tauromaquia, revela la tradición taurina del Mediterráneo en general y España en particular. Al parecer, esta costumbre fue introducida por los moros, con tal trascendencia que la actividad es vista como característica de la península ibérica.
La tauramaquia según Salvador Dalí.
La exhibición es oportuna para seguir asombrándose con la lucidez de Goya y el desparpajo, la originalidad y el respeto que le rinde Salvador Dalí al intervenir a su estilo algunas obras de Goya. Al parecer este tipo de muestra, de estos dos maestros en un solo recinto y con obras relacionadas, no tiene precedentes.
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