sábado, 17 de febrero de 2007

Comentario al libro "EL INTERIOR" de Martin Caparros


El libro "El Interior" de Martín Caparrós lo devore. Me parece una visión adecuada, y necesaria desde la perspectiva que tiene Caparrós y a la cual adhiero en casi todos sus conceptos. Son apreciaciones que hacen falta en cualquier sociedad.

Caparrós está en la provincia de Salta, y comenta su reflexión (el libro es su pensamiento de su viaje al interior de la Argentina, y de paso comento que es un excelente "libro de viajeros" y algo mas) acerca de su visita el museo del Cabildo (pag.348) donde observa las colecciones prehispánicas de vasijas, petroglifos y seguramente objetos cotidianos que utilizaban los pobladores prehispánicos de la región. Comenta el entusiasmo del guía del museo en la explicación y hace una comparación temporal (siglo V después de Cristo) de los dibujos sobre piedra (en esta parte del continente americano) en relación a Roma o el descubrimiento del papel y la pólvora en China; comparando a esos dibujos con los que hace un nene de jardín de infantes.
Concluye por esto que la conquista española tiene su lógica (obviamente, interpreto yo, debido al atraso de la cultura americana con respecto a Europa y Asia en la misma época). Yo tampoco dudo de que esa realidad histórica iba a caer por su propio peso sobre América.
Entiendo que aún siendo un libro extenso, no haya mucho lugar para desarrollar todas las reflexiones que uno quiere en semejante empresa, como es un viaje al interior de varias provincias, y peor aún, para un proceso tan complejo como es la conquista de América.

Por esto, el comentario de Caparrós me parece reduccionista, solamente comparando algunos utensilios de la vida cotidiana de una región periférica a ciertos centros andinos (Tiwanaku, Aguada) como lo era Salta en ese momento. Tampoco hay que olvidar que Europa y Asia tenían sus regiones periféricas, y si no conocemos a los grandes pensadores (ya que sugiere que mientras acá se hacían dibujos tipo "jardín de infantes", Europa producía Homero, Platón o Cátulo) de la antiguedad americana (que sin dudas los hubo), es gracias a los "daños colaterales" que produce toda conquista (por ej.la destrucción de los códices mexicanos).

¿Es preocupante ser reduccionista? No lo sé. Pero es una tendencia. Es una visión sesgada y es un pensamiento facilista. Muchos lo usan, otros no tanto, asumiendo que cualquier tipo de proceso es la suma de complejidades. Por eso me sorprende la reflexión de Caparrós, que hace honor a las diferencias y la variedad.

No creo que sea válido decir "lo siento: pero parece lógico que los invadieran, que los conquistaran, que les ganaran la pelea" (pag.348), a partir de la observación de una colección de objetos. Detecto (por lo que leí en otros pasajes del libro) un discurso hacia los acérrimos defensores de los "indios" y sus "tradiciones", esos que pregonan que deben volver a sus raíces y cultura, cuando en realidad (y en eso coincido con Caparrós) somos el producto de las mezclas, incluidos esos aborígenes que llegaron antes que los españoles a América.

Es solo eso, un comentario a una reflexión ligera (de las pocas que conozco en Caparrós), que no parece válida por el mecanismo que la origina, la observación de una colección de petroglifos (que le parecen infantiles a Caparrós y no dignos de la admiración que según el, manifiesta el guia), por los cuales, muchas personas realizan tesis doctorales, que incluyen el análisis de sistemas de creencias, sociales, económicos o lo que sea. Sin mencionar que la gente del campo (el interior salteño) aun rinde culto a ciertos petroglifos.

Es solo eso. No pretendo hacer una crítica, solo una reflexión acerca de un párrafo.




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