Hacer una presentación de Francisco Goya o Salvador Dalí, sería plagiar cualquier tipo de información que anda rondando en algún medio especializado. Medianamente, todos habrán sentido o saben que actividad mantuvieron estos dos españoles.
Goya
Dalí
La muestra de 183 grabados puede apreciarse en el Pabellón de las Artes de la UCA (Universidad Católica Argentina) en Puerto Madero (Alicia Moreau de Justo al 1300) con ingreso gratuito. El 4 de noviembre finaliza.
Baco festejado por borrachos.
Una buena oportunidad para contemplar que la genialidad de Goya, plasmando brujas, dioses griegos, toros o asnos como representación del poder político, es atemporal. Atendiendo bien a sus obras, se vislumbra que su trascendencia y profundidad cobran vigencia en cualquier período de la humanidad. Hay que entender en Goya un alegato contra el atraso que produce el poder de la superstición en una sociedad donde muchos conocían las acciones de la Santa Inquisición, pero muy pocos eran quienes conocían las nuevas virtudes del Iluminismo. Un autor comprometido no solo con su tiempo, también con lo más sensato y racional del pensamiento humano.
Goya: "Tu que no puedes"
En la escena de “tu que no puedes”, dos hombres cargan asnos, representando estos al Estado, por mencionar la idea de poder del momento. Dalí agrega algo superior a los asnos, una figura extraña, misteriosa, sin forma. Algo peor que los asnos…
Dalí
Más cercano en el tiempo, Salvador Dalí realizó sus particulares versiones con los Caprichos. Los coloreo, los intervino y jugo con los títulos de los originales de Goya.
En Chiton, una mujer parece confesar algo a una vieja, según Goya, es esta una alcahueta, una “madame”. Dalí le agrega un caballo que le muerde el oído a la vieja hasta derramar una gota de sangre, la obra se transforma en “hasta ensordecer”
Versión de Dalí
En la escena del Aquelarre de “si amanece nos vamos”, Dalí juega con la consigna: “si no amanece, nos quedamos”.
Vale la trascripción de algunos comentarios originales acerca de los Caprichos que permanecen guardados en el Museo del Prado:
"Brujas primerizas que, ante el Macho Cabrío, han dejado sus ruecas, el cántaro de las pócimas, la calavera y los gatos para iniciarse en el vuelo hacia el Akelarre. Goya conoció, por Moratín, los detalles inverosímiles y absurdos atribuidos a las brujas de Zurragamurdi, condenadas por la Inquisición en 1610."
Dalí respeta el anticlericalismo de Goya, presentando al Macho Cabrío representante de Satanás con un tocado papal.
Comentario: en la actualidad las brujas siguen existiendo, basta hojear los diarios en los clasificados, solo que ya no sacrifican niños, tal como Goya las exhibe en los grabados, mas bien atraen el amor y la fortuna (deseos esenciales de la humanidad, aunque el materialismo de la época relegó un poco a la salud en las preferencias). Con respecto al Aquelarre, si bien la palabra suena anacrónica, puede servir como nominación para un futuro sindicato de brujos y brujas, en especial aquí en Argentina, donde casi todas las actividades laborales están agrupadas en gremios sindicales.
La Tauromaquia, revela la tradición taurina del Mediterráneo en general y España en particular. Al parecer, esta costumbre fue introducida por los moros, con tal trascendencia que la actividad es vista como característica de la península ibérica.
La tauramaquia según Salvador Dalí.
Las obras pertenecen a un particular que fue adquiriendo las mismas a lo largo de una década, la mayoría en remates de Internet. Se trata de grabados originales.
La exhibición es oportuna para seguir asombrándose con la lucidez de Goya y el desparpajo, la originalidad y el respeto que le rinde Salvador Dalí al intervenir a su estilo algunas obras de Goya. Al parecer este tipo de muestra, de estos dos maestros en un solo recinto y con obras relacionadas, no tiene precedentes.