La inauguración como establecimiento educativo público fue en 1929, gracias a donación del filántropo Félix Fernando Bernasconi, convirtiéndose de esta manera en una entidad única en el país y Latinoamérica.
Los grupos escultóricos sobre la entrada de la calle Catamarca.
El teatro alberga 400 butacas.
detalle de palcos del teatro, que incluso se utiliza para actividades que
no necesariamente son de los colegios.
Antesala del teatro, con pintura de San Martin
Escalinata de mámol y antesala del teatro
Actualmente en el establecimiento funcionan cuatro escuelas primarias, un vespertino para adultos, jardín de infantes y una escuela de música. La biblioteca, el teatro, el parque que rodea la construcción, el museo, la torre del reloj, las esculturas del parque, los asientos de madera, es decir, cada rincón y cada mobiliario del edificio destacan una prodigalidad de recursos pocas veces vista para la educación pública. Refleja un proyecto de país, que es el que actualmente añora buena parte de ciertos sectores de la sociedad, el de la educación pública que hace años supo tener prestigio en todo el continente por ser de calidad y gratuita.
Vista de uno de los dos patios centrales, cada uno tiene 1200 metros cuadrados.
Las piletas de natación, decoradas con columnas de estilo clásico hacen recordar a baños romanos. Fueron únicas en su época. Una actividad importante para la salud de los niños en edad escolar que hoy es común en colegios privados, también lo era en este establecimiento público.
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